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Berlín estrenará su nuevo aeropuerto BER, tras 9 años de retraso y un coste final triplicado

Como un fiasco califican los alemanes el nuevo aeródromo el cual se inaugurará el próximo sábado 31 de octubre.

El nuevo aeropuerto de Berlín, un fiasco de gestión que abochorna a los alemanes



Los sucesivos problemas en este proyecto han llevado su coste final al límite, 3 veces mas de lo presupuestado no permite presumir una inauguración eficiente, que podría ser meritoria por tener lugar en plena pandemia, pero que con los atrasos y los altos costes, la tildan de gafe por parte de los alemanes.


"El sueño del gran aeropuerto derivó en pesadilla, cuyo coste final ha sido de 5.950 millones de euros, frente a los 2.000 millones iniciales."


El sábado se estrenará " su T-1. La T-2, que está lista, no tiene fecha prevista para sumársele, mientras que la 3 y la 4 sólo existen en los planes de futuro. Sí hay una Terminal 5, pero es parte del viejo aeropuerto de Schönefeld, a unos cinco kilómetros del BER."


Está claro que Berlín necesita un aeropuerto a su medida, siendo la capital de la primera economía europea. Es por esto, que se inaugura que a pesar de pronosticarse solo 10 mil pasajeros que son solo una quinta parte de los que recibiría sin la covid-19.


"Un aeropuerto sin pasajeros" menciona el artículo de larazon.es con la explicación de Efe Patrick Müller, director de operaciones, mencionando el llamado "soft opening" - pocos vuelos , pocos pasajeros. "La diferencia, para el BER, es que esa apertura “soft” no le seguirá un rendimiento “hard”, como también sería lo habitual en otras circunstancias".


"Dotar a Berlín de un aeropuerto internacional era una asignatura pendiente desde la reunificación de Alemania en 1989. En las décadas de división ciudadana hubo tres aeródromos operativos -Schönefeld, en el sector comunista; más Tegel y el legendario Tempelhof, en el oeste.


En 2008 dejó de operar Tempelhof, inaugurado en 1923, utilizado por el nazismo y rehabilitado con el puente aéreo aliado que abasteció al lado occidental durante el bloqueo soviético, entre 1948 y 1949. Ahora es una inmensa aérea ciudadana donde patinar, ir en bicicleta, pasear al perro o hacerse una barbacoa, un espacio de libertad donde olvidarse de la pandemia.


Su cierre desató una fiebre nostálgica, similar a la que ahora se prevé para Tegel, un aeropuerto de distancias cortas, con muchos adoradores por sus dimensiones humanas. Tras varias prórrogas cerrará, por fin, el 8 de noviembre."






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